Historia del DNI
El 2 de marzo de 1944 la Presidencia del Gobierno aprobó un Decreto por el que creaba el Documento Nacional de Identidad (también llamado “Carné de identidad”) que nos ha acompañado, en distintas versiones, desde entonces.
El primer DNI se expidió en 1951 y fue, como era de esperar, para Franco. Tras Franco, se fue documentando a los presos y aquellos que el gobierno quería tener controlados y vigilados. Después se extendió el DNI a los hombres que viajaban por el país habitualmente, y después a los hombres residentes en ciudades de más de cien mil habitantes. Poco a poco se fue implantando con una lógica similar a toda la población.
El número uno en su DNI lo tenía Franco, y su esposa tenía el número dos. La hija de ambos, Carmen Franco y Polo, tenía el número tres y los números hasta el 9 se reservaron y han permanecido sin uso (1). Los números del 10 al 99 también fueron reservados, en este caso para la Familia Real Española. El rey Juan Carlos tiene el número 10 y la reina Sofía el 11. La infanta Elena tiene el 12 y, por superstición, se saltó el número 13 y se otorgó a la infanta Cristina el número 14. Quizás, viendo su actual situación, sí tenga el número 13 en su DNI a pesar de la trampa hecha al destino. Y, como supondrán, el príncipe Felipe tiene el número 15.
El DNI es un documento público que contiene datos de identificación personal y que es emitido por el Ministerio del Interior a través del Cuerpo Nacional de Policía.
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Para utilizar la funcionalidad inalámbrica del nuevo DNIe 3.0 únicamente es necesario disponer de (2):
Un teléfono Smartphone o tablet con tecnología NFC. App del servicio al que nos queremos conectar. El ciudadano no tendrá por tanto, que descargarse ningún certificado o driver, sino que la conexión se iniciará simplemente con acercar el DNIe 3.0 a la antena NFC del dispositivo, (a una distancia no superior a 1 cm).
Fuentes: (1) La aventura de la Historia y (2) Cuerpo Nacional de Policía.