El mercado de propiedad rural en España
Si estás pensando en adquirir una propiedad rural te habrán surgido algunas dudas, como por ejemplo, ¿cuáles son las propiedades rurales más comunes que podemos encontrar en España? ¿cómo funciona el mercado de las propiedades rurales? ¿dónde podemos acudir si pretendemos adquirir una propiedad rural? etc.
En este artículo analizaremos el mercado de propiedad rural en España.
¿Qué entendemos por propiedad rural?
Según las definiciones más extendidas, se trata de una vivienda construida de piedra o de tierra, aunque en algunos casos también se emplea la madera, tanto para el exterior (balconadas o balaustres) como para interiores (vigas, artesonados…), y otros materiales de origen vegetal.
Existen numerosas diferencias entre las construcciones rurales, dependiendo del punto de España en el que estén. Las casas de piedra son las más extendidas, las podemos encontrar desde los Pirineos hasta la costa de Almería, pasando por toda la Comunidad Valenciana y llegando hasta Galicia y los Montes de León.
Es el suelo el que define el material de construcción: la presencia de pizarra, granito o caliza determinará que se empleen estos materiales o que se opte por el barro secado al sol (adobe) o cocido (tejas o ladrillos).
¿Qué caracteriza a las distintas viviendas rurales?
Algunos ejemplos:
-
Molino: Entre los distintos tipos, destaca el de viento, caracterizado por su construcción aerodinámica, preferentemente cilíndrica, y de gran altura para poder alojar las aspas, lo que le habilita como un tipo de vivienda muy original.
-
Hórreo: Por las características definidas anteriormente, suele usarse para pequeños apartamentos.
-
Caserío: En su caso, se caracteriza por la solidez de su construcción y por su gran amplitud, idóneo para la ubicación de casas rurales –número de habitaciones, dos alturas, amplitud de terreno, calidad de materiales…-.
-
Pazo: No en vano, la palabra procede de ‘palacio’ -‘pallatium’-, por lo que es todo un ejemplo de casa señorial, indicada para la hostelería o las grandes propiedades.
-
Cigarral: En este caso, está más caracterizado por la extensión conjunta de terreno+edificación que por la propia vivienda en si.
-
Cortijo: Requería una gran amplitud, al enclavarse en explotaciones agrícolas y ganaderas, con espacio para jornaleros, propietarios, ganado, almacenaje, etc.
¿Cuáles son las propiedades rurales más comunes que podemos encontrar en España?
Las casas rurales más antiguas que podemos encontrar en España son las conocidas como pallozas, que tienen un origen remoto y difícil de rastrear, pero que podría ser parte de la herencia celta de la zona. Están construidas de piedra y su planta es una elipse. Además de ellas, existen dos grandes tipos de edificios rurales en nuestro país: los que son viviendas como tales y aquellos que, sean en la actualidad residencias o no, estaban pensados en origen como edificio auxiliar agrícola. Dentro del primer grupo, las cuatro propiedades rurales más extendidas son la masía, el caserío, el pazo, la barraca, el cigarral y el cortijo, mientras que los principales exponentes del segundo son el molino (tanto de aire como de agua, aunque este último esté mucho menos extendido en España), el silo y el hórreo.
Antes de que los gigantescos molinos de viento, encargados de generar energía eléctrica, llenaran los campos de medio país, las grandes llanuras de La Mancha estaban pobladas por pequeños molinos, encargados de moler el grano con la gran piedra circular movida por sus aspas, y en la mayor parte de los casos una familia vivía en su interior para ocuparse de su mantenimiento.
Tanto los silos como los hórreos han sido tradicionalmente depósitos donde almacenar el grano, pero se diferencian porque los primeros son típicos del centro de la Península, mientras que los segundos lo son del norte de España. Precisamente por encontrarse en lugares húmedos, los hórreos tienen esas cuatro columnas características que los mantienen elevados, para alejar los cereales y hortalizas del suelo.
¿Cómo funciona el mercado de las propiedades rurales?
Las inmobiliarias tradicionales y los portales web generalistas raras veces disponen de casas rurales en venta o, al menos, no las anuncian como una categoría en sí misma. Así, es posible acceder a la compra de una barraca valenciana, de una masía catalana o de un cigarral toledano, pero será necesario rebuscar entre toda la oferta de pisos y casas de las zonas más rurales de cada provincia.
Por el contrario, el alquiler de una casa rural es mucho más sencillo y cotidiano. Se han convertido en un alojamiento cada vez más extendido, tanto para pasar unas vacaciones en familia como un fin de semana con los amigos. De ahí que algunas webs como Listanuncios o Clubrural dispongan en su catálogo de cientos de estos inmuebles repartidos por toda España.
¿Dónde podemos acudir si pretendemos adquirir una propiedad rural?
Esencialmente, existen tres vías para encontrar y comprar una propiedad rural: vía inmobiliaria, vía web o vía institucional.
En el primer caso, en el centro de las ciudades no es sencillo encontrar anuncios de casas en venta en las afueras, y las inmobiliarias tradicionales no manejan con frecuencia estas propiedades, por lo que una buena solución es la sección de anuncios clasificados de un periódico, en la que sí encontramos categorizados por tipo y ubicación todos los inmuebles.
En el caso de que optemos por la web, algunos grandes portales generalistas como listanuncios.com, idealista.com, o fotocasa.es, disponen de varias propiedades de estas características, y podemos también hacer uso de pequeñas webs especializadas, que varían dependiendo del tipo de casa que queramos adquirir y de la región en que prefiramos hacerlo.
Por último, los gobiernos regionales de muchas Comunidades Autónomas disponen de servicios turísticos especiales que actúan como intermediarios entre los propietarios de las casas rurales y los posibles compradores, aunque generalmente estos servicios están más dirigidos a un público internacional, es decir, compradores ingleses y alemanes que desean hacerse con una masía en Tarragona o un cortijo en Sevilla.