El estudio del Derecho penal está caracterizado por una gran presencia del pensamiento sistemático. Los derechos fundamentales y libertades públicas que se ponen en juego antes y después de la aplicación de la aplicación de las leyes penales han determinado que se haya pretendido dotar a este sector del ordenamiento jurídico de las mayores garantías. Es por ello que podemos hablar de los códigos penales como el “negativo de la Constitución”. La parte general del Derecho penal se ha dividido, tradicionalmente, en tres grandes bloques: Introducción, Teoría jurídica del delito y las Consecuencias jurídicas del delito. A estos tres bloques, los autores del manual han añadido dos bloques más: Tratamiento penal de los menores y la Responsabilidad penal de las personas jurídicas.