Recomendación

La recomendación no tiene, en ningún caso, carácter normativo y su finalidad es servir de orientación a las políticas o actuaciones concretas de los Estados miembros de la Unión Europea.

La recomendación es un acto que tiene un carácter de incentivo y no vincula a sus destinatarios.

La recomendación permite por tanto a la Comisión (o al Consejo) dirigirse de manera no vinculante a los Estados miembros y, en algunos casos, también a los ciudadanos de la Unión.

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