Proscripción

En la época romana, las proscripciones consistían en persecuciones de origen político, que podían significar la incautación de bienes, el destierro, la pérdida de la ciudadanía e incluso la muerte.

Fueron iniciadas en la dictadura de Sila, y continuadas por diversos príncipes y emperadores como Tiberio, Calígula, Nerón, Domiciano, Comodo, etc.

Actualmente, la proscripción es una identificación pública y oficial de personas u organizaciones catalogadas como enemigo público, enemigo del pueblo o enemigo del Estado. Suele incluir la pena de muerte o de destierro, y es una palabra de peso político muy fuerte.

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