Hombre Prudente

El hombre prudente es aquel que, en cada situación concreta de la vida, sabe lo que le conviene para su propio bien y su felicidad, y actúa en consecuencia.

“Parece propio del hombre prudente el ser capaz de deliberar rectamente sobre lo que es bueno y conveniente para sí mismo […] para vivir bien en general” (Ética a Nicómaco, VI, 1140a).

Posee la virtud de la inteligencia práctica y, por tanto, delibera bien a la hora de elegir y de actuar. Sabe calcular con acierto, en cada situación concreta, dónde está el término medio de las acciones y pasiones. El hombre prudente es maduro y experimentado, pues la inteligencia práctica se adquiere con la experiencia.

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