Equipos de trabajo para la Mediación

No somos islas, necesitamos del otro y de los otros en nuestra vida cotidiana. Esto tiene una consecuencia clara e inmediata: los otros están presentes y condicionan nuestros resultados.

La complejidad de los problemas actuales que se dan en el marco de nuestra sociedad y de la gran variedad de disciplinas para abordarlos, se hace necesario el trabajo en equipo en todos los ámbitos profesionales.

Trabajar en equipo es una actividad habitual de las personas en las organizaciones. Desde un punto de vista formal (participamos en reuniones, exposiciones en público, etc.), y también como parte de un proceso continuo, de manera que el trabajo que hace uno depende a su vez de otras personas o áreas, a la vez que influye en el trabajo de los demás.

El primer grupo del que formamos parte es la familia; más adelante entramos en contacto con otro, la escuela; y finalmente al incorporarnos al mundo laboral, la empresa. En estos grupos pasamos casi el 100% de nuestro tiempo, en ellos configuramos nuestro ocio, nuestras relaciones más significativas, etc. Es decir, las personas vivimos en grupos y no podemos hacer nada (o casi nada) para evitarlo.

Los grupos tienen un peso muy importante en nuestras acciones, de modo que la conducta de una persona en el grupo es distinta de su conducta fuera de él. Esto responde a que nuestra conducta está en función de nuestra personalidad, pero también de nuestro entorno.

Por eso el trabajo en equipo es útil desde dos vertientes: para la propia organización formal y para las personas que la conforman.

Ahondando en la primera vertiente, para la organización, el trabajo en equipo es un instrumento útil en estos casos:

  • Permite realizar tareas complejas e interdependientes, ya que es difícil que una sola persona aglutine todo el conocimiento y experiencia necesaria.
  • Genera soluciones creativas.
  • Se disminuyen los «atascos», nos saca de dudas y nos permite avanzar en el desarrollo de una actividad concreta.
  • Obtenemos la opinión y asesoramiento de expertos en materias determinadas.
  • Facilita la resolución de problemas y la implementación de decisiones complejas.
  • Proporciona y facilita procesos de socialización y formación.

Respecto a la segunda vertiente, las propias personas, satisface las siguientes necesidades:

  • Nos permite relacionarnos con personas afines.
  • Proporciona seguridad, ya que aporta un espacio en el que compartir, transmitir, intercambiar y sentirnos protegidos emocionalmente.
  • Consolida nuestra posición social al identificarnos con un grupo de referencia.
  • Construcción de un adecuado autoconcepto. La interacción con otras personas facilita dar y recibir información sobre cómo somos, qué necesitamos, aspectos a mejorar, fortalezas, etc.
  • Satisface nuestra necesidad de afiliación y relación.
  • Consecución de metas que pueden ser inalcanzables desde la individualidad.

A grandes rasgos, se puede decir que el trabajo en equipo es necesario, ya que a través del mismo se superan las intervenciones profesionales aisladas, lentas e individuales y se potencia el tratar los problemas de forma que se dé una respuesta rápida, eficaz y flexible a los mismos, mediante una coordinación integral.

¿Qué es un equipo de trabajo?: un conjunto de personas que trabajan con apoyo mutuo y en coordinación para lograr un objetivo común. Dentro de los equipos de trabajo hay una serie de elementos a tener en consideración:

  • Los roles desempeñados por cada persona.
  • Las normas (formales e informales, explícitas e implícitas) como vínculos de unión de los roles.
  • La estructura interna o interacción afectiva y socio-emocional. Son los sentimientos, las reacciones ante los otros, muy relacionados con el psiquismo humano y las interacciones psíquicas entre unas personas y otras.
  • La estructura externa, observable en la tarea, la actividad y el ambiente.

Bass (1951) dice: «solo existe un equipo de trabajo cuando los objetivos de cada uno están interrelacionados con los de los demás por algún objetivo común».

El equipo de trabajo no es tanto un punto de partida como un punto de llegada.

Los equipos de trabajo se pueden clasificar de la siguiente forma:

  • Multidisciplinar: es la agrupación de disciplinas sobre un mismo objetivo de intervención, con yuxtaposición de disciplinas diversas. En la multidisciplinariedad no se rompen los límites disciplinarios, no hay modificación de cada disciplina tras relacionarse con las demás.
  • Interdisciplinar: es el conjunto de profesionales diferentes orientados a un objetivo común, igualados al hacer aportaciones, pero diferentes en el tipo de información y de intervención que pueden hacer, y capacitados para reorganizar sus actuaciones de acuerdo con las características y las propiedades del problema.
  • Monodisciplinar: formado por profesionales de una misma disciplina.
  • Transdisciplinar: pone en marcha un axioma común del conjunto de disciplinas, cuya integración es total y global, creando su propia disciplina.

Siguiendo a Montserrat Colomer se pueden señalar los siguientes factores positivos del trabajo en equipo:

  • La presencia de distintos profesionales amplía la perspectiva del trabajo y de análisis, tanto en el abordaje de las situaciones como en la intervención, pues se dispone de una pluralidad de propuestas y una complementariedad en el análisis y las respuestas.
  • Del mismo modo, la presencia de profesionales de distintas disciplinas, rompe las resistencias y criterios preconcebidos, pues el contacto con distintos modelos intelectuales y puntos de vista diversos, permite romper las rutinas de visión e intervención.
  • El tiempo y la energía que invierta el equipo en su trabajo se disminuye por una circulación más rápida de la información.
  • Se obtiene un mejor rendimiento de las competencias individuales con la actuación del profesional más indicado en cada momento y situación determinada.
  • Permite cierto distanciamiento intelectual respecto a lo cotidiano, facilitando la reflexión sobre la práctica a los miembros del equipo.

En contraposición, señalamos los siguientes factores negativos:

  • Utilizar al equipo para romper la soledad, despistándonos del interés en el tema en que se esté trabajando.
  • Utilizar lo que hagan los demás como punto de referencia para juzgar el trabajo propio.
  • Utilizar el equipo como espacio en el que volcar los conflictos personales.
  • La libertad individual puede verse cohibida por la metodología de trabajo.
  • Riesgo de que prevalezca la afectividad sobre la metodología, la objetividad y la orientación a la tarea.
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