Técnicas literarias
Recursos estilísticos
Ya hemos estudiado los procedimientos de la versificación, que el poeta utiliza para embellecer su lenguaje, así como los vicios contrarios a la armonía que el escritor debe evitar. Veamos ahora algunos otros recursos estilísticos con los que pueden obtenerse expresiones llenas de belleza.
Estos recursos estilísticos afectan:
- a la forma, y se llaman figuras de dicción o
- al fondo, y se llaman figuras de pensamiento.
FIGURAS DE DICCIÓN son pues, las que se basan en la forma externa de la obra. Pueden consistir:
- En una multiplicación de palabras, como cuando se repiten las conjunciones para dar solemnidad a una frase (polisíndeton) o las suprimen totalmente para dar mayor concisión y energía a la misma (asíndeton).
- Por repetición de vocablos, para dar impresión de continuidad en el relato (concatenación).
FIGURAS DE PENSAMIENTO son las que se producen al dar expresión a una idea. Se dividen en:
1. Descriptivas o pintorescas. La descripción puede referirse a una persona física (prosopografía) o a su espíritu (etopeya), o a ambas cosas a la vez (retrato). También puede proponerse la descripción de un paisaje (topografía) o de una época (cronografía).
2. Lógicas, que expresan simples raciocinios bien por medio de hipótesis, o suposiciones previas sobre una cosa:
- de tesis, o conclusiones científicas sobre un tema;
- antítesis, o contraposición entre varias opiniones,
- y síntesis o armonización de todas ellas.
A veces se simula que se opina una cosa completamente opuesta a la verdad (paradoja) o se establecen relaciones de semejanza (símil) o de contradicción para llegar a la conclusión: sentencia, apotegma, máxima, proverbio.
3. Patéticas, o sea que reflejan las pasiones: así la imprecación o deprecación y el apóstrofe por los que nos dirigimos a ciertos personajes expresando nuestra ira, nuestra amenaza o nuestro ruego.
4. Oblicuas o intencionales, que son las que expresan nuestro sentimiento de cierta manera indirecta.
Alegorías. La alegoría es una comparación tácita por la que una cosa abstracta se simboliza en un ser u objeto concreto.
Algunas veces una creación poética o una composición entera ofrecen sentido alegórico, como sucede en las ficciones de la mitología, en las fábulas o en obras de más importancia, como la Divina Comedia, de Dante, los Autos sacramentales de nuestro teatro, etc. Muchísimos pasajes de la Sagrada Escritura encierran también un sentido alegórico.
La personificación o prosopopeya consiste en atribuir cualidades propias de los seres animados a los seres inanimados o abstractos.
Ejemplo: La codicia y ambición, consejeros malos, le ponían telarañas delante de los ojos para que no viese la luz. (Mariana.)
Con la preterición fingimos querer pasar por alto lo mismo que estamos diciendo claramente, y a veces con más energía..
“No quiero llegar a otras menudencias, conviene a saber, de la falta de camisas y no sobra de zapatos, la raridad y poco pelo del vestido, ni aquel ahitarse con tanto gusto cuando la buena suerte les depara algún banquete.” Cervantes.
La permisión consiste en dar licencia a otro para que haga aquello mismo de que nos estamos quejando con cierto despecho, amargo, porque es inevitable.