Poesía de intimidad

Lírica del dolor

La expresión de un sentimiento de dolor o de melancolía, ocasionado por alguna pérdida o desgracia, recibe el nombre de elegía.

Las elegías religiosas desarrollan un tema triste o melancólico de carácter devoto.

Así, por ejemplo, sobre la Pasión del Señor, como el famoso Stabat Mater o los trenos, que, como los de Jeremías, en la Biblia, lloran la desgracia de su pueblo.

Hay elegías amorosas, que cantan la pérdida de un amor.

Así las que el gran poeta Fernando de Herrera dedica a lamentar el desvío de su amada, la Condesa de Gelves.

Hay también elegías patrióticas que evocan alguna desventura nacional.

Veremos como ejemplo la que Quintana dedicó A España después de la revolución de marzo.

Hay, finalmente, elegías históricas que cantan la melancolía del paso del tiempo.

El epitafio

Estudiaremos como un aspecto de la poesía del dolor el epitafio, que se inscribe en las tumbas o monumentos erigidos a los que va no existen.

El epitafio debe ser breve, y de manera elogiosa debe recoger el carácter de la persona a quien va dedicado.

Lírica del amor

La expresión del sentimiento amoroso se presta a diversos tipos de poesía lírica.

La canción, inventada por los trovadores provenzales de la Edad Media y perfeccionada por los poetas italianos del siglo xv, expone los sentimientos amorosos (tristes o alegres) del poeta que, al final, ruega a su propia composición, los lleve a los oídos de su amada.

La canción, cuyo maestro es Petrarca, suele estar escrita en heptasílabos y endecasílabos, bien agrupados en liras, estancias, o libremente en silvas.

El madrigal encierra un sentimiento amoroso o halagador, de una manera velada o artificiosa.

El epitalamio es un canto de bodas.

Lírica de la indignación

El epigrama: Suele designarse con el nombre de epigrama una composición muy breve en la que, aguda y graciosamente, se destaque un defecto o vicio.

La sátira: Es un ataque más amplio y franco, que ridiculiza vicios o defectos ajenos. Unas veces tiene un mero carácter juguetón y burlesco.

Algunos críticos señalan diversos matices en esta clase de poesía:

  • la ironía, con la que decimos lo contrario de lo que queremos expresar.
  • el sarcasmo, es la ironía, pero con un carácter más sangriento y cruel.
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