La expresión narrativa

Los géneros literarios

Para comprender una obra literaria no basta con conocer su forma (prosa o verso) sino que es necesario estudiar su fondo y contenido espiritual, es decir, qué se propuso el escritor al realizarla.

Épica, lírica, dramática

El escritor puede proponerse fundamentalmente:

  1. Reflejar el mundo exterior a su espíritu (épica);
  2. Expresar sus sentimientos más íntimos (lírica);
  3. Exponer ideas y pasiones por boca de personajes (dramática).

Clases de expresión que les corresponde

La épica, se expresa en forma narrativa; la lírica, se expresa en forma enunciativa; la dramática, se expresa en forma dialogada.

La expresión narrativa

En la expresión narrativa el escritor se propone relatar un suceso exterior a su espíritu que se desarrolla a través del tiempo.

La expresión narrativa en verso se denomina poesía épica. La expresión narrativa en prosa toma el nombre de novela o cuento.

Poesía épica

La poesía épica narra en verso, acontecimientos exteriores al espíritu del poeta.

Así, pueden ser objeto de la poesía épica una hazaña, una aventura, un viaje o cualquier otro episodio que impresione su espíritu.

Su aparición

Las primeras muestras que nos ofrecen todas las literaturas pertenecen, en general, a la poesía épica.

Cuando somos niños nos gusta que nos cuenten cuentos, historias, aventuras. Los pueblos-niños, es decir, los primitivos, gustan de relatos y canciones sobre temas reales o imaginarios: aventuras de caza o de guerra, escenas de magia, evocaciones de la Divinidad.

La epopeya

Cuando los temas de la poesía épica tienen una grandeza que alcanza importancia universal, necesitan una narración amplia y solemne que recibe el nombre de epopeya.

Caracteres de la epopeya

a) Unidad. — La epopeya debe girar alrededor de un tema único.

Aun cuando sea permitido, intercalar algunos episodios subordinados a la acción principal.

b) Personajes. — La epopeya suele tener un personaje central o protagonista, que triunfa de sus enemigos o antagonistas. Los caracteres de estos personajes deben ser arquetípicos, es decir, que sus cualidades o defectos se ofrezcan con tal intensidad, que puedan ser presentados como modelos.

Así, Aquiles, en la Ilíada, representa la fuerza. Ulises, en la Odisea, simboliza la astucia. Rodrigo Díaz de Vivar, en el Cantar del Mío Cid, se ofrece como el ideal del guerrero. Ganelón, en la Chanson de Roland, simboliza la traición.

c) Estilo. — La versificación de la epopeya debe tener la nobleza y la gravedad que convienen a la solemnidad de la acción.

d) Finalidad. — La epopeya sirvió de ejemplo de heroísmo a la Humanidad.

Así, el Poema del Cid, era cantado por las plazas fronterizas de Castilla, para animar a los cristianos en la lucha contra el musulmán.

Otras veces sirvió para justificar una derrota: Así, la Ilíada explica el momentáneo revés de los griegos en la guerra de Troya atribuyéndolo a la intervención de los dioses enemigos. Análogamente, la Chanson de Roland, que excusa la derrota de Rolando o Roldán en Roncesvalles por la traición del noble francés Ganelón.

Muchas epopeyas han surgido en un ambiente heroico y popular, contemporáneo de los sucesos que se cantan.

En la Edad Media estas epopeyas heroico-populares recibieron el nombre de canciones de gesta.

Epopeya culta

Otras veces la epopeya es una reconstrucción artística escrita con posterioridad a los hechos heroicos y se denomina epopeya culta.

La epopeya culta tiene su apogeo en el Renacimiento, como lógico resultado de la imitación de los grandes poemas clásicos.

Epopeya cristiana

No todas las epopeyas se refieren a temas militares. Los temas religiosos ofrecen asuntos de grandiosidad suficientes para ser cantados por la epopeya.

El gran poeta inglés del siglo xvii Milton, en su poema El Paraíso Perdido narra el magno acontecimiento de la Creación.

Epopeya heroico-burlesca

La epopeya heroico-burlesca canta con solemnidad humorística temas ridículos.

Grandes poetas han cantado con acento solemne temas grotescos.

Homero no desdeña cantar en su Batracomiomaquia las luchas entre las ranas y los ratones.

Lope de Vega cantó en La Gatomaquia los amores y desventuras de los gatos.

Es famosa en la literatura española La Mosquea, de Villaviciosa, que narra las luchas entre las moscas y las hormigas.

Formas menores de la épica

Dentro del carácter de la poesía épica encontramos una serie de obras literarias que, sin alcanzar la grandeza de la epopeya, tienen con ella en común este carácter narrativo.

El romance

Procedente de la “canción de gesta” española, el romance —fragmento épico transmitido por vía oral— tiene también por misión relatar hechos heroicos o legendarios. Es de breve extensión.

La balada

Viene a ser como el relato épico breve de los pueblos germánicos.

Sagas y eddas

Son las narraciones épico-legendarias primitivas de los pueblos escandinavos.

La leyenda

La leyenda, dice Milá, es “la narración poética de tradiciones populares, a menudo de carácter maravilloso”. La narración legendaria puede ofrecerse también en prosa.

La epopeya en la antigüedad

Epopeya oriental

La literatura india nos ha dejado dos grandes epopeyas escritas en fechas remotísimas, el Mahabharata y el Ramayana.

El Mahabharata, atribuido a Vyasa, es una larga narración de las luchas intestinas que asolaron los orígenes del pueblo indio; el Ramayana, cuyo autor es Valmiki, nos presenta la figura del héroe Rama, desposeído de su trono por el monstruo Ravana, que rapta, además, a su esposa Sita. Rama recobra heroicamente a su esposa y a su reino.

La epopeya clásica

Grecia

La literatura griega se inicia en el siglo viii antes de Jesucristo con dos formidables epopeyas, divididas cada una en veinticuatro cantos (o rapsodias).

El autor de estas epopeyas fue un poeta, a quien la leyenda pinta como un hombre errante y ciego, cuyo nombre era Homero.

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