El patrimonio empresarial
Se entiende por patrimonio el conjunto de bienes, derechos y obligaciones pertenecientes a una empresa y que constituyen los medios económicos y financieros, a través de los cuales ésta puede cumplir sus fines.
Desde el momento en que la empresa es considerada un ente autónomo distinto de su titular, los bienes y derechos pasan a ser los medios económicos, mientras que las obligaciones, tanto las asumidas con terceros (ajenas) como con los titulares (propias), configuran los medios financieros necesarios para el sostenimiento de los medios económicos productivos.
Entonces, desde una perspectiva económica, se pueden calificar a los medios económicos productivos (bienes y derechos) como inversión y se da la denominación a los medios financieros (ajenos y propios) de financiación, por lo que debe cumplirse que:
INVERSIÓN (bienes y derechos que se poseen) = FINANCIACIÓN (obligaciones con terceros y recursos propios)
La interpretación de esta igualdad es muy simple y puede extrapolarse a cualquier persona física o jurídica. Lo que tienes o te deben (inversión) -que estará sustanciado en inmuebles, coches, dinero en bancos, préstamos a otras personas, etc- tiene que haber sido financiado, bien de manera propia, o bien de manera ajena.
En definitiva, toda empresa necesita de unos recursos financieros, bien sean propios, bien sean ajenos, para que se transformen en inversión, esto es, para poder conseguir la inversión.
Por ejemplo:
Tres socios accionistas crean una sociedad aportando una cantidad de dinero a la empresa. Desde ese momento, la empresa, como ente autónomo, posee un bien (dinero reflejado en una cuenta bancaria) que ha sido financiado por una fuente de financiación propia (los accionistas) con el fin de constituir la sociedad.
Con posterioridad, la empresa adquiere, con ese dinero, un vehículo necesario para el desarrollo de su actividad. En este caso, la empresa sigue poseyendo un bien, pero de distinta naturaleza (ha dejado de ser dinero y ha pasado a ser un elemento material).
La empresa compra materia prima para producir su producto y no paga al proveedor hasta pasados 90 días. En el momento de la adquisición de la materia prima, la empresa tiene un nuevo bien que ha sido financiado por recursos ajenos, es decir, adquiere una obligación (deuda) con el proveedor.
1. Las cuentas de una empresa
Vienen determinadas por la legislación mercantil y son como se ha dicho anteriormente de obligada presentación anual para todas las sociedades. El fin de este requisito es que cualquier persona física o jurídica pueda comprobar y contrastar la situación económico-financiera de cualquier empresa. Son en concreto las siguientes:
El balance: es el reflejo de la situación económica y financiera. El pasivo indica el origen de las fuentes de financiación (recursos propios y ajenos a largo y corto plazo), mientras que el activo refleja el destino de esos recursos.
La cuenta de pérdidas y ganancias: Pone de manifiesto el superávit o déficit que se ha producido durante el ejercicio económico, generado en el ejercicio (gastos e ingresos, ventas y compras).
La memoria: Ofrece una aclaración mayor del balance y de la cuenta de pérdidas y ganancias. El cuadro de financiación que indica los recursos obtenidos y su aplicación en inmovilizado o circulante, forma parte de la memoria.
A estos documentos el Plan General de Contabilidad de 2007 añade dos nuevos:
El estado general de cambios del patrimonio neto (EGCPN) y el estado de flujos de efectivo. Ambos tienen como objetivo ampliar la información suministrada en el balance y la cuenta de resultados.
2. Ciclo de explotación de la empresa
Toda empresa es una unidad económica de producción y por tanto, es la reunión de unos factores de producción (materias primas, trabajo…), con vistas a la obtención de bienes y servicios y a su posterior distribución en el mercado.
Una organización sanitaria, una entidad no lucrativa o la Administración puede que no tengan como fin el lucro, pero no por ello deja de funcionar y operar de acuerdo a criterios que como mínimo le permitan su sostenimiento financiero, y por eso tienen también que seguir idénticas pautas.
Por ello, toda organización debe tender a la mejor combinación posible de los factores de producción, de forma que puede obtener el producto al precio más bajo posible y obtener el mayor beneficio posible.
Dentro de la empresa se dan una serie de hechos que se repiten periódicamente, con una gran regularidad.
La empresa, con esa combinación de factores, obtiene el producto. Al mismo tiempo, necesita unos recursos monetarios para pagar materias primas, salarios, etc; recursos que revierten a la empresa aumentados, una vez que ha vendido el producto en el mercado.
Este proceso, que es una especie de círculo que empieza y vuelve al origen, dura un determinado período de tiempo, que se llama ciclo de exploración o ciclo de ejercicio.
Los recursos monetarios que se emplean para el pago anticipado (antes de la venta del producto) de los factores de producción, se llaman capital circulante (también llamado fondo de maniobra) para distinguirlo del capital fijo, que es aquello que permanece inalterable durante más de un ciclo de explotación: equipo industrial, instalaciones, etc.
Cuando exista una gran demanda de productos y la oferta difícilmente puede satisfacerla, se puede acortar este ciclo de ejercicio a través de primas, incentivos, jornadas intensivas, etc. Por el contrario, si la empresa encuentra dificultades de venta en el mercado, en ocaciones tendrá que acudir al crédito bancario para la obtención del capital circulante, al no poder obtenerlo a través de la venta.